El nombre de "cámara fotográfica" se debe a un antiguo aparato: la cámara oscura. Aunque el efecto era conocido desde la antigüedad, fue el físico árabe Alhacén quien en el siglo XI describe la cámara oscura con detalle en su "Libro de óptica". En su tratado también explica que la luz viaja en línea recta y llega a los ojos reflejada por los objetos.

Las primeras cámaras oscuras consistían en una habitación o tienda en la que la luz sólo podía pasar por un pequeño agujero. En la pared opuesta a la del agujero aparecían proyectados e invertidos los objetos del exterior. La aumentar el tamaño del agujero la imagen proyectada es más brillante, pero también menos nítida.

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A partir del siglo XVI se sustituye el agujero por una lente y se le añade un espejo. Con la lente la imagen es más luminosa, mientras que con el espejo la imagen deja de verse invertida, pero la derecha aparece a la izquierda y viceversa. Las primeras cámaras fotográficas serán cámaras oscuras con una superficie sensible a la luz.

La cámara oscura servía de ayuda a los artistas para realizar bocetos, si bien se sospecha que algunos también la usaban para crear la obra final. Los artistas aficionados usaban en sus viajes cámaras oscuras más pequeñas.

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La cámara oscura de la imagen de la derecha era una atracción de feria. El espejo y la lente estaban en el tejado y la imagen se proyectaba en una mesa. El hombre de la izquierda podía girar el espejo toda una vuelta para orientar la vista a cualquier parte del paisaje exterior. En la actualidad todavía existen edificios que son una cámara oscura con esta misma estructura.